El corazón
Es mucho más que una bomba aspirante-impelente (como nos decían):
En realidad, además, nos permite pensar con más claridad y racionalidad. La intuición, las «corazonadas», el sentirse seguro para tomar decisiones correctas… no son posibles sin el concurso del corazón (los franceses dicen que saben algo «par coeur» -por el corazón-, cuando tienen una certeza difícilmente explicable de un modo mental, argumentativo).
El corazón está lleno de células nerviosas que hacen su labor; si no se usan, la mente se vuelve asustadiza y neurótica, quiere controlarlo todo… no se siente segura…, no confía en los procesos naturales de la vida (algo casi pandémico en nuestra sociedad).
La certeza, la seguridad emocional, el valor nos vienen de la inteligencia propia del corazón -os dejo de nuevo el link del artículo al respecto: la inteligencia del corazón
Si tu cuello está bloqueado, la que hablará será tu mente sola-mente… (por falta de comunicación con la inteligencia que nos aporta el corazón con su entramado nervioso, cada vez más conocido…); tu mente se enredará con obligaciones autoimpuestas y con sus eternas dudas típicamente mentales, así como con su rigidez y temor en la visión de la vida… pero no conseguirá nunca suficiente seguridad ni calor emocional, porque esto es algo que tienen que ver más con el CORAJE (ACCIÓN DEL COR etimológicamente, es decir; lo que produce el corazón -cor, cordis en latín-…)
Incluso el corazón puede acabar enfermando (al igual que una articulación se artrosa) por poco uso de estas sus capacidades (personas que toman sus decisiones solo en función de lo mental, cognitivo, calculable, mensurable…, intelectuales pero no verdaderamente inteligentes…).
El corazón alberga la capacidad de amar, es algo que está en todas las culturas desde nuestros ancestros, no es un mito romántico. La energía contraria al amor es el miedo que es lo que sienten las personas habitualmente si no usan suficientemente el corazón.
En el lado contrario, el corazón sin el concurso de la mente, puede producir impulsividad excesiva y falta de rigor.
Busquemos un equilibrio entre el corazón y la cabeza… con un cuello suelto que permita ese tránsito de energía o información debidamente.
La Osteopatía, al reequilibrar el cuerpo y liberar la columna, nos puede ayudar a dejar de vivir solo en la mente, como hay tanta gente hoy día… con el corazón «cerrado».
Un abrazo, de todo corazón.
P.D.: Esto lo sé, en buena parte, «par coeur».